En ocasiones, me he sentido desmotivada, ha habido ocasiones en las que al terminar la clase siento no logre nada con ellos y en otras salgo por así decirlo “triunfante” porque logre la meta que buscaba.
Ese es un verdadero reto para el docente hacer pensar y sentir, ser menos profesor y lograr justamente eso que el joven piense y sienta.
Hasta que las instancias gubernamentales logren entender esto, veremos resultados y apoyos fuertes en el sector educativo, ya que solos los docentes no podemos con esa tarea, hace falta apostarle a la educación de calidad, en donde el joven realmente lleve a su vida el cúmulos de experiencias de aprendizaje que tiene en el aula.
En muchas ocasiones, nosotros como docentes perdemos de vista la parte humana de los jóvenes y los consideramos solo entes receptores de información, no valoramos todo el potencial que representan.
Esta base es la primordial en el nuevo modelo educativo, el iniciar una sesión en un ambiente motivador lanzando una pregunta que les resulte importante y los ubique en el contexto sobre el cual se va a trabajar ese día.
Considero que si el docente se ubica desde esta perspectiva, el buscar ser mejor cada día, lograremos mejores resultados, una razón por la cual yo y creo que mis compañeros también es esa: el ser mejor docente cada día.
Todos hemos tenido un inicio más o menos incierto, pero lo que prevalece y por eso estamos ahora aquí es por la perseverancia que hemos mostrado, con ensayo y error pero buscando dejar una semilla en cada joven y que quizá algún día de un fruto provechoso para la humanidad.
Creo que en el fondo, todos sentimos esos temores, miedos y temor al que dirán, pero creo que no hay peor ciego que el que no quiere ver sus propios problemas y sobre todo reconocerlos ante los demás y buscar alternativas de solución de manera mediata.
El profesor esta al servicio del aprendizaje de los alumnos… esta aseveración bien vale la pena también aplicarla al nivel medio superior, ya que en esencia es esa nuestra labor: el servir a los estudiantes, darle utilidad a lo que les comunicamos.
Creo que esta especialidad consiste justamente en eso: en reajustar nuestro propio perfil profesional para estar verdaderamente al servicio de los alumnos.
Es la base de nuestra actividad docente: la comunicación y no solo referida a la parte oral, sino a la mímica, gestos, ademanes y demás recursos, que a veces de modo imperceptible se hacen presentes en nosotros.
El poder regular la comunicación en una clase no es tarea fácil e incluso no dudo que hasta los docentes mas experimentados no se hayan enfrentado en alguna ocasión con un grupo de jóvenes que tienen verdadera sed de conocimientos y se sientan hasta aturdidos por el bombardeo de preguntas, comentarios y demás.
Definitivamente, los docentes experimentados lo pueden lograr, pero los que vamos aún en el camino nos cuesta trabajo justamente el desarrollar esas habilidades básicas que nos demanda nuestra labor.
Completamente de acuerdo, se fijan las reglas del juego desde el inicio para que no haya confusiones y descontentos al finalizar el semestre en cuestión porque a veces los jóvenes tratan de sacar ventaja de situaciones y el docente debe estar alerta en todo momento.
Eso es una de los grandes retos de ser docentes, pero también motivo de satisfacción del docente.
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Definitivamente Verónica nosotros somos los únicos que podemos modificar las conductas de nuestros educandos, ya que el apoyo gubernamental solo se puede dar de esta manera o sea con capacitación a los que estamos frenta a grupo, para que seamos creativos e implementemos estrategias que ayuden a nuestros alumnos aprender a aprender, aprender hacer y aprender a convivir con los demás. Si podemos es cuestión de querer y no desfallecer.
ResponderEliminarSaludos José Antonio